Descubriendo mi cámara

El arte de disfrutar el proceso.

Linda Cardona

Cuando tuve mi primera cámara fotográfica en mis manos, me sentí emocionada y, al mismo tiempo, abrumada por la cantidad de botones y ajustes que parecían un enigma. Pero no me rendí. Poco a poco, aprendí a manejar los controles básicos, como la apertura, la velocidad de obturación y la sensibilidad ISO. Fue un proceso de prueba y error, experimentando con diferentes configuraciones y observando cómo afectaban mis imágenes. A medida que ganaba confianza, descubrí que la fotografía es un baile entre la técnica y la creatividad, donde cada clic del obturador es una oportunidad para capturar algo especial.

Recuerdo con cariño mis primeras imágenes. Aunque no eran perfectas, reflejaban mi entusiasmo y mi visión personal del mundo. Me aventuraba en sesiones fotográficas con amigos y familiares, aprovechando la luz natural y explorando diferentes escenarios. Aprendí a observar la belleza en los detalles más simples: una sonrisa radiante, una mirada cómplice, una puesta de sol dorada. Cada imagen era un recordatorio de que la fotografía va más allá de los aspectos técnicos; es una expresión artística que puede congelar momentos llenos de emoción y contar historias sin palabras.

Si estás comenzando en el mundo de la fotografía, permíteme compartir contigo algunos consejos que me han sido valiosos. En primer lugar, no te preocupes por tener el equipo más caro; lo importante es aprender a aprovechar al máximo lo que tienes. Practica constantemente, lleva tu cámara contigo a todas partes y experimenta con diferentes géneros y estilos. Aprovecha la luz natural, juega con la composición y no temas arriesgarte. Recuerda que la fotografía es un viaje de aprendizaje y crecimiento, así que disfruta cada paso del camino. Cada imagen es una oportunidad para mejorar y dejar tu huella artística en este mundo tan perfectamente imperfecto.